La crisis mundial de la deuda soberana: Una visión general
Hashnee Vora
Posted on Mar Jul 16La deuda pública mundial alcanza su máximo histórico
En 2023, la deuda pública mundial alcanzó la cifra sin precedentes de 313 billones de dólares. Esta asombrosa cifra pone de manifiesto una creciente preocupación por la sostenibilidad de la deuda soberana, especialmente en los países en desarrollo. Las implicaciones de unos niveles de deuda tan elevados son profundas, con posibles ramificaciones para la estabilidad económica y el desarrollo mundiales.
El impago de Zambia: Un presagio para África
Zambia se convirtió en el primer país africano en impagar su deuda soberana tras la pandemia de COVID-19. Entre los principales acreedores figuran China y los países occidentales, y Zambia está siendo sometida a una reestructuración de 6.300 millones de dólares en préstamos en virtud del Marco Común para el Tratamiento de la Deuda del G20. Este marco pretende ofrecer un enfoque unificado de la reestructuración de la deuda, pero se ha enfrentado a importantes retos.
La disparidad de los costes de endeudamiento
Existe una flagrante disparidad en los costes de endeudamiento entre los países en desarrollo y las naciones más ricas. Los países en desarrollo pagan tipos de interés cuatro veces superiores a los de EEUU y ocho veces superiores a los de las economías europeas más ricas. Esta disparidad agrava la carga de la deuda de los países en desarrollo, haciéndoles cada vez más difícil gestionar sus finanzas e invertir en sectores críticos como la sanidad y la educación.
La creciente carga de la deuda en los países en desarrollo
La situación de la deuda en los países en desarrollo es especialmente grave. La deuda pública de estos países crece a un ritmo más rápido que en el mundo desarrollado. Actualmente, 52 países, casi el 40% del mundo en desarrollo, tienen graves problemas de deuda. Estas naciones gastan un mínimo del 7,4% de sus ingresos de exportación en el servicio de la deuda pública externa, desviando recursos cruciales de los servicios públicos esenciales.
Los pagos de intereses superan a los gastos públicos
La carga del pago de intereses ha superado a otros gastos públicos en muchos países en desarrollo. Según informes recientes, 19 países en desarrollo destinan más fondos al pago de intereses que a la educación, y 45 países destinan más a intereses que a gastos sanitarios. Este cambio obliga a los gobiernos a priorizar el servicio de la deuda sobre las inversiones críticas en infraestructura social.
El auge de los acreedores privados
No puede pasarse por alto el papel de los acreedores privados en la crisis de la deuda soberana. Los acreedores privados poseen ahora el 62% de la deuda pública externa, frente al 47% de hace una década. Estos acreedores suelen conceder préstamos a corto plazo con tipos de interés elevados, lo que complica aún más la situación de la deuda y hace que la gestión sostenible de la deuda sea más difícil para las naciones en desarrollo.
Necesidad de reformar la arquitectura internacional de la deuda
Existe un consenso cada vez mayor sobre la necesidad de reformar la arquitectura internacional de la deuda. Es esencial un sistema más inclusivo que capacite a los países en desarrollo para participar activamente en la gobernanza del sistema financiero internacional. El Marco Común para el Tratamiento de la Deuda del G20 ha sido un paso en esta dirección, pero se enfrenta a importantes retos, como los problemas de coordinación de los acreedores y la ausencia de cláusulas de suspensión automática del servicio de la deuda.
Ejemplos de dificultades de endeudamiento: Chad, Ghana, Sri Lanka y más
Varios países se encuentran en dificultades de endeudamiento, al borde del impago o ya han impagado su deuda externa. Chad, Ghana, Sri Lanka, Pakistán, Etiopía, Túnez, Egipto, Líbano, Rusia y Surinam son ejemplos notables, y otros 18 países cotizan con rendimientos cercanos a los niveles de dificultad. Esta angustia generalizada por la deuda podría desencadenar una crisis económica mundial, que recordaría a la crisis de la deuda latinoamericana de la década de 1980.
Contexto histórico: La crisis de la deuda latinoamericana de los años 80
La crisis de la deuda de la década de 1980 en América Latina ofrece valiosas lecciones. Durante las décadas de 1960 y 1970, las economías latinoamericanas experimentaron un auge, y los países se endeudaron fuertemente contra los futuros ingresos del petróleo. Sin embargo, el desplome de los precios del petróleo provocó turbulencias económicas, impagos soberanos e intervención del FMI y el Banco Mundial. La crisis tuvo graves consecuencias económicas, como un elevado desempleo, un crecimiento económico negativo y un aumento de la pobreza.
La crisis actual y su impacto global
La actual crisis de la deuda soberana supone una amenaza significativa para la paz y la seguridad mundiales. El colapso económico de Sri Lanka, que provocó protestas masivas y la destitución del líder del país, es un duro recordatorio de las posibles consecuencias. Se calcula que 100 millones de personas han vuelto a caer en la pobreza, y que los países se enfrentan a una «década perdida» mientras luchan por equilibrar el servicio de la deuda con los servicios públicos esenciales.
El papel de los préstamos soberanos
Los préstamos soberanos han sido fundamentales para financiar la educación, la sanidad, las infraestructuras y la estabilidad económica. Sin embargo, al igual que los prestatarios privados, los países pueden endeudarse en exceso, llegando a niveles de deuda insostenibles. El aumento de los niveles de deuda externa y de los pagos del servicio desde la crisis financiera de 2008 se ha visto exacerbado por cuestiones económicas, sociales y políticas mundiales, como la COVID-19, la subida de los tipos de interés estadounidenses y los conflictos geopolíticos.
El caso de Nigeria
Nigeria, una de las mayores economías de África, se tambalea al borde de la catástrofe. La deuda soberana representa el 49,5% de su PIB, y el país dedica aproximadamente el 96% de sus ingresos públicos al servicio de los préstamos. Esta precaria situación subraya la urgente necesidad de estrategias globales de gestión de la deuda.
Reforma del Marco Común del G20
El Marco Común del G20 para el Tratamiento de la Deuda se diseñó para ayudar a los países con deudas insostenibles. Sin embargo, ha recibido críticas por su enfoque único y la exclusión de determinados acreedores. Por ejemplo, se consideró que Sri Lanka estaba demasiado bien para cumplir los requisitos, lo que pone de manifiesto las limitaciones del marco. Además, China, uno de los principales acreedores, ha planteado problemas al diferir en su interpretación de los términos y condiciones del marco.
Conclusión: El camino a seguir
La crisis de la deuda soberana es un problema complejo y polifacético que requiere atención urgente y una acción mundial coordinada. Reformar la arquitectura internacional de la deuda, mejorar la coordinación de los acreedores y garantizar una participación justa e inclusiva de los países en desarrollo son pasos cruciales. Abordar esta crisis no sólo es esencial para la estabilidad económica de las naciones afectadas, sino también para mantener la paz y la seguridad mundiales. Sin una intervención significativa, las consecuencias podrían ser graves, desencadenando potencialmente una recesión económica mundial y exacerbando la pobreza y la desigualdad en todo el mundo.